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martes, 19 de febrero de 2013

No, el invierno no es infinito - María García Zambrano

Menos miedo
 
Me ha crecido una hermana de los ojos y ahora puedo
mirar el horizonte.
– ¿El invierno es infinito? – me pregunta.
Mientras, damos de comer a dos palomas que golpean
con su pico los cristales.
 – Me duelen los dientes de masticar tinta.
Me ha crecido una hermana de los ojos y ha amanecido.
La noche duraba más de un sueño, y a veces dolía
en la boca y en los párpados.
-- ¿Podré quedarme contigo?
Me ha crecido una hermana de los ojos y ya no veo la muerte.    

No, el invierno no es infinito,  nos dice la poeta María García Zambrano con estos poemas llenos de luz y de esperanza en su último libro “Menos miedo”(Ediciones Torremozas 2012) .  Un excelente y hermoso poemario, ganador del Premio Carmen Conde de Poesía 2012.  Versos contra el desaliento, la parálisis, la resignación;    versos “para este frío”, versos que nos alumbran.
 
 
“Menos miedo” es un viaje íntimo hacia la luz, la luz que es esperanza, belleza, consuelo, que nace del amor y se encarna en la palabra.  Un viaje que comienza en el  “Refugio familiar”,  desde la madre-origen fuente de luz primera, que da voz y salva del abismo: “Todo el amor/que me diera mi madre/encima de la mesa/ (…) es imagen/ahora/para decir”;  “Mi madre viene desde el sueño/ y trae la luz hasta la orilla”,  “mujer volcán contra la muerte”.  Recorrido que avanza al encuentro de la  luz escondida en el silencio, el padre que “sueña con la mudez de las flores” y  “habla/ del secreto/del pájaro /que canta/en el jardín”.    

Desde el cuerpo que palpita ya recién nacido, María García Zambrano afirma la certeza de la luz, que se hace materia en la palabra poética: “Sabemos que hay luz/porque escuchamos una vez esa palabra/que nos cubrió el miedo de hojas verdes,/una palabra que ardía sola/con sólo escuchar su latido”, nos dice la poeta.   

Una palabra que ha de ser “Luz de emergencia” en estos tiempos de tinieblas, y por eso,  es necesario decir de otra manera: “No más jardín en el poema./ Ahora reinvento un lenguaje/que me asiste y acompaña/en mi peregrinar/sobre la aurora.”  
 
 
Salida Nocturna

Esta falda plisada
                                 con botines
una blusa que vaya
                                   con mis labios,
el escote imperfecto
                                    que perturbe.

Al fondo del armario están mis ojos
cosidos con puntadas de limón.
No los quiero abrir, me muevo a tientas.
Elijo una piel que me borre la piel.

De esa nueva piel, desde esos ojos nace en este poemario una lengua poderosa, cargada de luciérnagas, de árboles blancos, de pájaros, de horizonte, de amor hasta los huesos: “Nace tu habla,/desafía el miedo que yace vencido, construye con el eco un muro penetrable,/anuda este vacío con los hijos del tiempo,/colma las venas de sangre traída de un viejo diccionario”.  Unos versos que son luz y la celebran: “Es hora de brindar. Ya no es la oscuridad la que me grita”.
2012

Oscuros pero no.
que el gusano no siga mordiendo en el hueso.
Ha venido la madre, el padre, la hermana
para cantar
y será niña y tendrá tus labios y dirá una palabra
y creará una estirpe de fe.

Oscuros pero no.
Que el topo no escarbe más en tu vientre.
Ha venido el poeta, la pintora, el bailarín
para crear
y será un árbol y tendrá sol y dará sombra
y creará un surco donde la vida.

Oscuros pero no.
Que el banquero no se lleve los dientes de leche.
Ha venido el minero, la cirujana, el labrador
para abrir
y será un pájaro y tendrá horizonte y traerá el vuelo
y más.      

Con las manos manchadas de la tinta de su vida, María García Zambrano nos recuerda en este libro faro que es preciso hoy “prender la mecha de los días”,  “encender la memoria”,  “reír con toda la piel” y recuperar la voz: “esa voz (…) potente, sonora; una voz (…) que ahora podría nombrar una puerta necesaria”. La voz que canta y queda palpitando al leer este poemario. Menos miedo.
María García Zambrano (Alicante, 1973) es profesora de Lengua Castellana y Literatura en Secundaria y Bachierato.  Premio Voces Nuevas de la Editorial Torremozas (2007); tiene publicado el poemario “El sentido de este viaje” (Alicante 2007) y poemas en varias revistas y antologías.  Tiene un blog personal en donde se pueden leer sus poemas y obtener más información sobre sus publicaciones y actividades poéticas: http://partirdeahora.blogspot.be/

jueves, 14 de febrero de 2013

La estela de una estrella

Erase una vez que se era Ella. Nació en un portal o en una cama de hospital o en el ambulatorio del barrio en las afueras – el grito fue el mismo—  primer aire en los pulmones que decía su presencia; después, los juegos que tocaban y la ropa – modelada – “eres libre de elegir”, pero hasta dónde puede una afirmar la libertad, como un pétalo, tan delicada…

Pero sí, imaginemos la estela de una estrella y poco a poco los mordiscos, volver a levantarse, seguir hacia delante, paradas en curvas y encrucijadas – Ella solo quiere ser. Parece tan fácil al principio, tan difícil,  otros días – alimentarse, decir yo.  Escalar la montaña,  mirarse en el espejo cada mañana,  inventar andamios y muletas, abrir una senda al borde del precipicio.

No se vive del aire.  Su tía le enseñó un cajón lleno de billetes de cinco mil pesetas “Aquí guardo mis alas”— dijo.  Con un expediente brillante  y los ojos llenos de pájaros verdes Ella creyó – estaba segura— de que podía ser  todo, al fin y al cabo.  Con el trabajo en los despachos que pagaban su inteligencia y su tesón consiguió sus billetes-alas. “La-la-la la-li-ta crecen mis alitas…” Sin embargo, una mañana de sol y flores en los aleros del tejado, de camino a la oficina Ella se pregunta: ¿Sirven los billetes para volar?

Y echa a correr tras el tiempo de la vida,  pero ese tiempo no trae billetes.  Poco a poco su cajón se va quedando vacío y Ella, sin darse cuenta,  comienza a escorarse a las orillas— a la sombra de un sueño. El peso del corazón desprende las plumas de las alas (no los billetes, sino las de verdad, hechas de confianza en sí misma). Sonriente por fuera,  Ella las barre a hurtadillas – un pinchazo cada vez – no importa, mientras la nevera está llena, las camas bien hechas, los calcetines ordenados en el armario, la risa infantil.  El sueño del tiempo la sirve de alimento y El la cubre con su abrazo tembloroso andando a gatas con cadenas de las que no encuentra la llave.

Luego, las manos que se atrofian y Ella empieza,  sin querer, a asear la jaula— tiene calefacción y afuera hace tanto frío; la calle está llena de zarzas. Y sin embargo… no se rinde, sabe que tiene que haber otra manera que no haga necesaria esa elección,  que no borre el deseo, ni las alas, ni engorde las cadenas. Entonces un día sus manos, junto a otras, ruedan el huevo hasta resquebrajar la cáscara y dentro primaveras comienzan a volar y abren rendijas en la caja, donde aún respira la estela de la estrella… 

Hoy, día de San Valentín, cuento sobre derechos económicos de las mujeres dedicado a todas las rebeldes y valientes, estelas hacia la libertad.