Nadie puede decirme
de tu voz el recuerdoquedó mudo en las fotos.
Instantes, cinco o seis
borrosos como un sueñoson todo lo que tengo:
me enseñaste a nadar
—los largos remolcada,mis manos en tus hombros;
juntos dibujamos
una casa con prado, tendida la ropa de colores;
jugamos a hacer palmas
para ahuyentar el frío.
De puntillas te di
el último besotú con pijama claro
en cama de hospital.
¿Qué sería yo?
¿Cómo hubiera sido si la muerte
no hubiera llegado
tan pronto a visitarte?
¿Cómo vives en mí?
¿Qué me queda?
2 comentarios:
Es bellísimo y estremece. Un abrazo fuerte.
María
Me ha encantado. Seguro que desde el lugar que este también a él.
Eva
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